Aunque Walt Disney es sinónimo de éxito y legado en la animación, hubo un proyecto que ni siquiera él pudo defender: El Toque de Oro. Este corto, parte de la serie Silly Symphonies, fue uno de los últimos trabajos dirigidos personalmente por el fundador de Disney, y también uno de los más criticados.
Lanzado en 1935, El Toque de Oro reinterpreta la leyenda del Rey Midas en un entorno medieval, eliminando elementos clave como la hija del monarca. La obra, de apenas 10 minutos, fue rechazada por la crítica de la época, tildada de pretenciosa y con una animación pobre para los estándares de Disney.
Según The Animated Man: A Life of Walt Disney, el propio Walt confesó sentirse decepcionado:
“Sé que la película no es buena, pero es imposible hacerle cambios radicales en este momento”.
Intentó salvar el proyecto, pero finalmente lo consideró un fracaso. Este corto marcó un punto de inflexión en su carrera: abandonó la dirección para enfocarse únicamente en la producción y supervisión creativa.
Paradójicamente, ese aparente tropiezo pavimentó el camino para el mayor éxito inicial del estudio: Blancanieves y los siete enanos (1937), la primera película animada de Disney, que inauguró una nueva era en la industria.
A veces, el fracaso es el preludio de una revolución.
