La automotriz china BYD, líder global en vehículos eléctricos, ha anunciado la suspensión de sus intenciones de construir una planta en México, originalmente proyectada para producir 150,000 autos al año y crear hasta 10,000 empleos . La vicepresidenta ejecutiva, Stella Li, indicó que la incertidumbre generada por posibles aranceles del 25 % impulsados por Donald Trump y la presión del Gobierno chino para evitar que su tecnología llegue a Estados Unidos, motivaron la decisión de esperar a mayor claridad geopolítica .
En 2023, BYD había evaluado tres estados mexicanos como posibles sedes, pero nunca presentó una oferta formal ante el gobierno . El Ministerio de Comercio de China también retrasó la aprobación debido al riesgo de filtración tecnológica hacia el vecino del norte . Aunque la compañía mantiene su interés de expandirse en América, no cuenta con un calendario definido para retomar el proyecto .
Este aplazamiento no sólo restringe la posibilidad de captar miles de empleos en México, sino que refleja una tendencia creciente de cautela e inestabilidad de las inversiones en la región. Mientras tanto, BYD avanza con una planta en Bahía, Brasil, y busca consolidar su presencia comercial local, donde ya vendió más de 40,000 vehículos en 2024 .
El caso revela cómo la intersección entre aranceles, política internacional y protección tecnológica puede frenar proyectos industriales. México ahora debe valorar si su entorno regulatorio y económico resulta lo suficientemente atractivo frente a las presiones externas. BYD buscará asegurarse una estrategia regional viable, pero el país pierde una oportunidad de desarrollo significativo si no mejora la certidumbre.