Clayton Kershaw se convirtió en el vigésimo pitcher en la historia de las Grandes Ligas en alcanzar los 3,000 ponches, una hazaña que logró el miércoles 2 de julio en el Dodger Stadium contra Vinny Capra de los Chicago White Sox. El hito ocurrió en su pitcheo número 100 de la noche, en el mismo estadio donde debutó en 2008 abanicando a su primer rival, Skip Schumaker.
A sus 37 años y tras 18 temporadas con los Dodgers, Kershaw se consolida como uno de los lanzadores más dominantes de la era moderna. No solo forma parte de un grupo selecto que incluye a leyendas como Nolan Ryan, Randy Johnson y Pedro Martínez, sino que también posee el mejor promedio de efectividad (2.51) entre todos los pitchers con 3,000 ponches desde que se oficializó esa estadística en 1913.
Tres veces ganador del Cy Young, MVP en 2014 y campeón de la Serie Mundial en 2020 y 2024, Kershaw ha sido un ícono de consistencia. Su marca de 216-94 y sus 10 Juegos de Estrellas lo perfilan como un futuro miembro del Salón de la Fama de Cooperstown.
Con la tendencia actual de limitar las cargas de trabajo en los lanzadores, expertos consideran que Kershaw podría ser uno de los últimos en alcanzar esta cifra. Entre los activos, solo Scherzer y Verlander han superado ese umbral, y los siguientes en la lista —como Chris Sale, Gerrit Cole o Yu Darvish— enfrentan edad, lesiones o rendimiento inestable.
Kershaw no solo ha dominado con talento, sino también con longevidad, disciplina y una ética de trabajo que lo hacen único en el montículo.