México regresa a la Conferencia de las Partes (COP 30), que se celebrará del 10 al 21 de noviembre de 2025 en Belém, Brasil, con un pabellón nacional propio —una presencia que no se veía desde la COP 21 de 2015— . Coordinado por el consultor internacional Carlos Dehesa, en conjunto con actores del sector privado, académico y ambiental, el espacio buscará visibilizar proyectos climáticos, atraer financiamiento internacional y reposicionar al país en materia de sostenibilidad .
Empresas como Coparmex, ONU‑Hábitat, la Cámara Internacional de Comercio y universidades participarán para promover planes de acción climática, compartir experiencias y concretar sinergias . Además, la Secretaría de Economía, Semarnat y la Cancillería han dado su respaldo al proyecto .
Aunque el retorno marca una señal positiva tras nueve años de ausencia, se enfrentan desafíos estructurales. Establecer un pabellón exige logística compleja y recursos técnicos sólidos para gestionar eventos internacionales y negociar financiamiento. La carga diplomática también es intensa, particularmente al interactuar con representantes de 196 países y más de 80 000 asistentes .
Además, el posicionamiento mexicano no sólo depende de presencia física, sino de resultados claros: acuerdos financieros, avances en energías limpias y políticas ambientales efectivas. De lo contrario, podría percibirse como un acto de breve visibilidad sin impacto real.