El posible regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha traído consigo la amenaza de imponer aranceles de hasta 50 % al cobre proveniente de México, lo que podría poner en riesgo exportaciones valoradas en alrededor de mil millones de dólares anuales, según estimaciones del sector minero y organismos empresariales.
México es el décimo productor mundial de cobre y exporta buena parte de su producción a Estados Unidos, su principal socio comercial. La medida arancelaria, de concretarse, no solo golpearía a grandes empresas mineras, sino también a cientos de proveedores y trabajadores que dependen de esta cadena productiva.
El Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce) y la Cámara Minera de México (Camimex) han advertido que los aranceles generarían incertidumbre en el sector y afectarían la competitividad de los productos mexicanos frente a países como Perú y Chile. Además, se teme que esta política genere distorsiones en el mercado norteamericano de manufactura, que depende en gran medida del cobre importado para sectores como la construcción, energía y electrónica.
Expertos señalan que la medida podría contravenir el espíritu del T-MEC, aunque su implementación dependerá del resultado electoral en EE. UU. y de las decisiones del próximo gobierno estadounidense. Mientras tanto, México analiza estrategias de diversificación comercial y apoyo a los exportadores ante un escenario incierto.