El gobierno mexicano anunció su intención de dejar de importar leche en polvo desde Estados Unidos y otras regiones, con el objetivo de fortalecer la autosuficiencia alimentaria y apoyar directamente a los productores nacionales. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) confirmó que se analiza la creación de una planta procesadora de leche nacional que permitiría abastecer al Programa de Abasto Social de Liconsa con producto de origen mexicano.
Actualmente, México importa cerca de 100 mil toneladas de leche en polvo anualmente, principalmente de EE. UU., a precios más bajos que los del mercado interno. Esto ha afectado a los pequeños y medianos ganaderos, quienes enfrentan dificultades para competir en precio y colocación de su producto, generando pérdidas económicas y abandono de actividades productivas en el campo.
El titular de SADER, Julio Berdegué, explicó que la medida forma parte de una política más amplia de sustitución de importaciones y reactivación del campo mexicano. La posible planta procesadora sería operada por el Estado y buscaría adquirir leche fresca directamente a productores locales a precios justos, garantizando su procesamiento y distribución mediante Liconsa.
No obstante, expertos del sector advierten que la implementación requerirá una estrategia bien estructurada para evitar cuellos de botella, sobrecostos o ineficiencias operativas. Además, la medida podría generar tensiones comerciales con socios del T-MEC si no se manejan adecuadamente los compromisos internacionales.