En menos de tres años, Jensen Huang, cofundador y CEO de Nvidia, ha pasado de ser una figura poco conocida a convertirse en uno de los empresarios más influyentes del planeta. Su liderazgo visionario ha sido clave en el ascenso vertiginoso de Nvidia como la empresa pionera en el desarrollo de chips gráficos (GPU) esenciales para el crecimiento de la inteligencia artificial generativa.
Gracias a la explosión de herramientas como ChatGPT, la demanda global por las GPU de Nvidia ha disparado la capitalización bursátil de la compañía a más de 4 billones de dólares, colocando a Huang con una fortuna personal de 150,000 millones de dólares y el título de mejor CEO de 2023.
De origen taiwanés, Huang llegó a EE.UU. a los nueve años y enfrentó el bullying y la marginación en un internado rural de Kentucky. Sin embargo, su resiliencia lo llevó a graduarse a los 20 años y fundar Nvidia en 1993 con la visión de superar los límites de la computación tradicional. Desde entonces, ha mantenido un perfil reservado, enfocado en la tecnología y alejado de controversias políticas.
Huang ha sido fundamental no solo en la innovación técnica, sino también en decisiones estratégicas, como convencer al presidente Donald Trump de flexibilizar restricciones a las exportaciones de chips a China sin comprometer la seguridad nacional.
Con su estilo sobrio, tatuaje del logo de Nvidia y obsesión por la eficiencia, Huang representa una figura única en el ecosistema tecnológico actual: un optimista incansable que ha hecho de la inteligencia artificial no una moda, sino una revolución permanente.