NIO ha alcanzado un hito sin precedentes: 80 millones de intercambios de batería en sus vehículos eléctricos. Esta cifra confirma la solidez de un modelo operativo que la firma china impulsa desde 2018, basado en estaciones automatizadas que permiten reemplazar baterías en apenas 144 segundos. Actualmente, NIO cuenta con 3.405 estaciones en China y 60 en Europa, y realiza alrededor de 900 mil intercambios diarios, generando ingresos estimados en 97 mil euros por jornada.
El éxito de esta infraestructura no solo desafía el modelo dominante de recarga rápida, sino que ha despertado el interés del mayor productor mundial de baterías: CATL. Esta compañía ha anunciado su propio sistema de intercambio, EVOGO, con ambiciosos planes de instalar 1.000 estaciones este año y alcanzar 30.000 para 2030. Su estrategia se apoya en baterías estandarizadas y compatibles con múltiples marcas, buscando lo que NIO aún no logra del todo: una adopción transversal en la industria automotriz.
Sin embargo, no todo es triunfo para NIO. Pese a sus promesas de construir 2.000 estaciones más en China para este 2025, a mitad de año sólo ha cumplido con una quinta parte de ese objetivo. Este retraso podría abrirle la puerta a CATL, quien dispone de la ventaja estratégica de controlar la cadena de suministro de baterías a escala global.