El gobierno mexicano concretó este lunes 28 de julio una emisión de deuda por US $12 000 millones, destinada a respaldar la liquidez de Petróleos Mexicanos (Pemex) y atender sus compromisos a corto plazo . La operación empleó valores precapitalizados (P‑Caps) emitidos a través del fideicomiso Eagle Funding LuxCo, lo que permite canalizar recursos sin que la deuda aparezca directamente en los libros de Pemex .
La emisión, a cinco años y con vencimiento en agosto de 2030, se colocó con una tasa de referencia cercana a 170 puntos básicos sobre los bonos del Tesoro de EE. UU., significativamente menor que los rendimientos de la deuda directa de Pemex, considerados de alto riesgo. La operación fue coordinada por JP Morgan (asesor único) y colocada junto a Bank of America y Citi .
Aunque se esperaba una emisión de hasta US $10 000 millones, finalmente se amplió a US $12 000 millones, reflejo del apetito del mercado por instrumentos respaldados por el Estado . Esta medida financia el pago a proveedores y mejora temporalmente la posición de caja de la petrolera, cuya deuda financiera supera los US $100 000 millones y mantiene adeudos con contratistas por otros US $20 000 millones.
Si bien la emisión proporciona un alivio inmediato, no reduce el total de la deuda de Pemex, sino que la reestructura mediante un vehículo externo. Sin reformas estructurales profundas, la maniobra podría ser solo parche temporal. Será determinante avanzar hacia una estrategia de largo plazo que combine saneamiento financiero, reingeniería operativa y diversificación de ingresos para evitar que se perpetúe la dependencia fiscal de la paraestatal.