La Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, inauguró una nueva fase del programa Ingreso Ciudadano Universal, entregando hoy más de 7 700 apoyos a personas de 57 a 59 años, con la meta de alcanzar 77 000 beneficiarios en 2025 y expandirlo de forma universal en 2026. Brugada afirmó que esta acción coloca a la capital como la primera entidad del país y, afirma, del mundo en contar con la red de protección social más grande a nivel internacional.
Según el gobierno local, la red de bienestar abarca programas dirigidos desde recién nacidos hasta adultos mayores, incluyendo estudiantes y jóvenes, sustentados por la Constitución local, que reconoce estos apoyos como derechos. El Ingreso Ciudadano Universal se caracteriza por tener apenas dos requisitos: edad (57‑59 años) y residencia en la CDMX, sin criterios de exclusión socioeconómica.
Aunque el discurso institucional resalta la universalidad y alcance progresivo, persisten interrogantes sobre su sostenibilidad financiera, el impacto real en la pobreza estructural y su replicabilidad en otras entidades. La afirmación de cobertura internacional destaca, pero carece hasta ahora de comparativas cuantificadas con otros modelos globales de asistencia social.
En lo político, la estrategia fortalece la imagen de una gestión comprometida con la igualdad y los derechos sociales. Sin embargo, su éxito dependerá de evaluaciones independientes que verifiquen cobertura efectiva, transparencia presupuestal y continuidad más allá del ciclo de gobierno actual.