A partir del reciente decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) recibirá los recursos generados por la aerolínea Mexicana de Aviación, ahora bajo control estatal y operada por la empresa militar Olmeca-Maya-Mexica. Esta medida refuerza el creciente involucramiento de las Fuerzas Armadas en actividades estratégicas del Estado, extendiéndose más allá de la seguridad y la infraestructura hacia sectores como el transporte aéreo comercial.
La aerolínea, relanzada oficialmente en diciembre de 2023 y con vuelos comerciales iniciados en enero de 2024, ha enfrentado un proceso complejo que incluyó la compra de los derechos de marca por 815 millones de pesos y la asignación de 15 aeronaves. El decreto establece que los ingresos de Mexicana serán canalizados a una cuenta específica de la Tesorería de la Federación para ser transferidos a la Sedena, bajo el argumento de garantizar el mantenimiento y operación de la aerolínea, así como otros proyectos estratégicos.
Si bien el gobierno justifica esta medida como parte del fortalecimiento del Estado y la autosuficiencia operativa, expertos y analistas advierten sobre la falta de transparencia, riesgos de concentración de poder militar en sectores económicos y la ausencia de mecanismos de rendición de cuentas efectivos. La decisión también genera debate en torno a la competencia con aerolíneas privadas y el papel de los militares en la economía civil.