Meta Platforms ha captado la atención de Wall Street, seduciendo a los inversores con un sólido reporte de ingresos del segundo trimestre y una audaz estrategia enfocada en la inteligencia artificial (IA). Las acciones de la compañía, liderada por Mark Zuckerberg, experimentaron un alza de casi un 10% tras la publicación de los resultados, que superaron las expectativas con un crecimiento interanual del 22%. Este impulso se vio reforzado por la visión de Zuckerberg de crear una superinteligencia artificial personal, similar a «Jarvis», para integrar en sus productos.
En un movimiento que contrasta con el optimismo del mercado, Mark Zuckerberg ha vendido $12.3 millones en acciones de Meta. Aunque las ventas se ejecutaron a través de un plan de negociación preestablecido (Rule 10b5-1) adoptado a principios de año, la transacción ocurre en un momento en que la narrativa de la IA está en su punto más álgido, llevando a la compañía a un terreno de máxima valoración.
El entusiasmo de los inversores se ve impulsado por la ambiciosa estrategia de la compañía de reclutar a cerca de 50 científicos de alto perfil en IA para recuperar terreno frente a competidores como OpenAI y Google. Sin embargo, la venta de una parte de sus acciones por parte de su principal directivo introduce un elemento de crítica y cautela, sugiriendo que, a pesar de la visión a largo plazo, la alta valoración actual presenta una oportunidad de capitalización para sus insiders. La situación resalta la dualidad entre la euforia del mercado por la IA y la realidad de los movimientos financieros internos.