Apple enfrenta un aumento significativo en sus costos debido a la política arancelaria impulsada por el expresidente Donald Trump. Según el CEO Tim Cook, los aranceles sumarán cerca de 1 100 millones de dólares en el trimestre julio‑septiembre, un 37.5 % más que los aproximadamente 800 millones del periodo anterior. Esta carga financiera presiona sus márgenes, aunque la compañía aún reportó ingresos sólidos y crecimiento del 10 % en ventas de iPhone.
En respuesta, Trump anunció que Apple invertirá otros 100 000 millones de dólares en Estados Unidos, como parte de la estrategia «America First». Esta inversión busca reforzar la producción nacional y desbloquear ventajas regulatorias y fiscale.
Apple ya ha trasladado parte de su manufactura a India y Vietnam, y planea ampliar su presencia en EE. UU. con la construcción de centros de servidores y una academia de manufactura avanzada. El anuncio del compromiso adicional eleva el total acumulado de inversiones a 600 000 millones de dólares.
Este choque entre presión arancelaria y promesas de inversión colocar a Apple en un dilema estratégico: absorber los costos adicionales o trasladarlos a los consumidores si no logra exenciones arancelarias. La situación también ha generado volatilidad en la bolsa; sin embargo, Wall Street ha reaccionado positivamente tras el anuncio corporativo, con un impulso en la acción de Apple de alrededor del 2.5 %.