18 de agosto de 2025 2:27 am
Cerrar / Abrir

OPINIÓN

Ectogénesis: ¿beneficio social o personal?

No obstante sus evidentes beneficios, una variante de esta práctica pretende que el proceso comience no sólo cuando el bebé sea extraído del vientre materno sino que sea, de hecho, concebido fuera de éste...

Uno de los avances más novedosos en el campo de la salud son las así llamadas “úteros y placentas artificiales” que permiten brindar soporte vital a un bebé extremadamente prematuro hasta que llegue a término. A esto se le conoce con el nombre de ectogénesis parcial o ectogestación.

Se considera que un bebé es extremadamente prematuro cuando nace antes de la semana número 28 y su sobrevivencia está ligada, en gran medida, a los recursos con los que cuente  la institución donde nace. Los bebés prematuros en extremo  presentan múltiples problemas en el sistema respiratorio y circulatorio, de ahí que la necesidad de desarrollar técnicas que les permitan continuar su desarrollo fuera del útero materno se vuelve muy importante. La promesa de esta nueva tecnología es que puedan sobrevivir los recién nacidos de hasta 20 semanas de gestación.

Sin duda alguna, esta novedad resultaría muy beneficiosa para los más de 500,000 bebés prematuros que se reportaron como nacidos en extremo prematuros en 2024. Sin embargo y a pesar de la gran necesidad, aún no se ha logrado desarrollar una técnica lo suficientemente segura y eficiente para embriones humanos.

No obstante sus evidentes beneficios, una variante de esta práctica pretende que el proceso comience no sólo cuando el bebé sea extraído del vientre materno sino que sea, de hecho, concebido fuera de éste. Nos referimos a la “ectogénesis” cuyo propósito es procrear bebés a través de técnicas de reproducción asistida y que puedan ser implantados en úteros artificiales que sostengan su desarrollo hasta llegar a término. Las razones que hay detrás de esta técnica pueden obedecen a motivos personales de mujeres o parejas que anteponen otras metas a la maternidad y al embarazo propio que la acompaña.

El desarrollo profesional, evitar los síntomas molestos del embarazo que van desde las náuseas hasta la subida de peso y el abultamiento del vientre, la consolidación de un cambio de vida o e residencia, etc. son algunas de las razones que subyacen al impulso cada vez más frecuente y la  tendencia a que la ectogénesis se consolide como una opción al embarazo..

Resulta interesante comparar esta práctica con la subrogación de vientre que también suele ofrecer soluciones para los mismos deseos. Ambas técnicas tienen un costo y responden a las mismas necesidades; sin embargo, en la ectogénesis no se pone en riesgo ni se cosifica a una persona mientras que en al subrogación de vientre sí, por lo que, en apariencia, la ectogénesis resultaría menos problemática que la subrogación de vientre.

Sin embargo, la reflexión ética hunde sus raíces hasta los motivos que han propiciado el desarrollo de estos “modos” de concebir sin las correspondientes consecuencias de hacerlo. Los motivos personales tales como el no atrasar ni interrumpir la carrera profesional de una mujer por su embarazo presentan una doble crítica: un deseo personal que se consigue a costas del sacrificio de otra persona: el bebé concebido fuera del útero materno y que pone en riesgo el vínculo materno-fetal que  se ha comprobado tienen enormes beneficios para el desarrollo óptimo del bebé y que, de suyo, es poco ético por la visión utilitarista que conlleva. Pero, en segundo lugar, hay que ver también el fondo de este deseo que corresponde  a una sociedad poco sensible y empática con las mujeres embarazadas: laboralmente, la nulidad de permisos de ausencia para citas de seguimiento ginecológico,  la dificultad de continuar una jornada completa cuando se presentan síntomas de cansancio extremo o bien si el embarazo comienza a presentar dificultades y la mujer debe guardar reposo, el silencioso desplazamiento  de funciones o puestos, la renuncia pasiva a puestos de mayor jerarquía, el hecho de que las carreras profesionales se desarrollan hoy día con mayores dificultades, obstáculos, costos y  y aplazamientos, etc. En términos generales, una cultura laboral que no favorece el embarazo.

Estos dos planos, además de otros problemas añadidos, resultan ser el nodo principal que ha desplazado una cultura de la vida en nuestro tiempo.

Ante el desarrollo de nuevas técnicas que permiten ofrecer alternativas de vida, habría que preguntarnos qué intereses perseguimos con ellas cuando las usamos para descartar o desplazar aquello que pretenden sostener. La ectogestación responde a un principio terapéutico, la ectogénesis a una necesidad creada por una indiferencia frente al cuidado de la vida, ¿qué haremos para que el beneficio social no se convierta en beneficio individual?

Todo el contenido de El Comentario del Día en la palma de tu mano. Suscríbete a nuestros canales de difusión: WhatsApp | Telegram

Compartir en:

Twitter
Facebook
LinkedIn
Telegram
WhatsApp
Email

Más Columnas de opinión

PUBLICIDAD

Noticias de interés

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *