El consumo privado en México mostró un deterioro en julio de 2025, con una caída mensual de 1.3% según el Indicador de Consumo Big Data de BBVA Research. Este retroceso se explicó principalmente por una contracción de 2.3% en bienes y un estancamiento casi total en el gasto en servicios. El comercio electrónico registró una baja mensual de 6.8%, mientras que las compras en establecimientos físicos disminuyeron 0.5%.
La desaceleración no es nueva: en junio, el mismo indicador apenas creció 0.1%, debido a un menor dinamismo en servicios, con descensos relevantes en hoteles y estancamiento en restaurantes. También se observó una disminución sostenida en el consumo de combustibles.
Factores estructurales están contribuyendo a esta debilidad: la masa salarial real creció 4.2% en el acumulado enero-julio, pero este avance fue 3.1 puntos porcentuales menor que el registrado en 2024. Además, la confianza del consumidor hiló siete meses consecutivos de caídas, reflejando un ambiente de incertidumbre económica, presiones externas y menor crecimiento del empleo formal.
Las perspectivas para la segunda mitad del año se mantienen moderadas. BBVA anticipa que tanto el consumo como la inversión seguirán avanzando a un ritmo limitado, condicionado por la debilidad del mercado laboral, la pérdida de poder adquisitivo y la cautela de los hogares frente a un entorno económico incierto.