Barclays, uno de los principales bancos de Reino Unido, ha iniciado la venta de una parte de la deuda que mantiene con Thames Water, el principal proveedor de agua y saneamiento del país. La operación, que implica la venta de aproximadamente 320 millones de dólares (£250 millones) de deuda, se produce en un momento crítico para la empresa de servicios públicos, que enfrenta una severa crisis financiera y regulatoria.
Esta decisión de un socio bancario clave es interpretada por los analistas como un voto de no confianza en la capacidad de Thames Water para superar sus desafíos. La empresa arrastra una carga de deuda de unos 18 mil millones de libras, y ha estado en intensas negociaciones con el regulador británico para asegurar un plan de viabilidad a largo plazo que evite su posible nacionalización.
La venta de deuda por parte de Barclays complica aún más el panorama para Thames Water. Mientras la compañía lucha por atraer nuevos inversores y asegurar fondos para sus operaciones, la salida de un acreedor importante envía una señal de alarma al mercado. Esto podría encarecer el costo de la financiación futura y dificultar la ejecución de su plan de recuperación.
La situación subraya la fragilidad del sector de servicios públicos frente a las presiones económicas y regulatorias. La acción de Barclays refleja una gestión de riesgo prudente, pero también expone la vulnerabilidad de una empresa que es vital para la infraestructura del país.