General Electric (GE) anunció que trasladará parte de su producción de México a Estados Unidos, en respuesta a las amenazas de nuevos aranceles impulsadas por la administración de Donald Trump. El cambio forma parte de un plan de inversión de 3,000 millones de dólares para ampliar y modernizar sus plantas en Kentucky, Georgia, Alabama, Tennessee y Carolina del Sur, con el objetivo de fortalecer la manufactura nacional y reducir dependencia de importaciones.
El ajuste implicará que la producción de electrodomésticos como cocinas de gas, refrigeradores y calentadores de agua que actualmente se fabrican en México y China se reubique en instalaciones estadounidenses. Por ejemplo, las cocinas se producirán en LaFayette, Georgia, y seis modelos de refrigeradores migrarán a Decatur, Alabama. Asimismo, la planta de Camden, Carolina del Sur, duplicará producción de calentadores de agua, y en Selmer, Tennessee, se fabricarán nuevos modelos de aires acondicionados.
La estrategia de GE Appliances —segunda inversión más grande en su historia— apunta a una manufactura más eficiente y cercana a sus clientes, apoyada en automatización y capacitación laboral. Se prevé la creación de más de 1,000 empleos en cinco años, con una inversión acumulada desde 2016 que superará los 6,500 millones de dólares en sus 11 plantas de EE.UU.
Este movimiento refleja la tendencia de relocalización impulsada por factores geopolíticos y busca reforzar la autosuficiencia industrial estadounidense, a la vez que estrecha vínculos con universidades y escuelas técnicas para asegurar talento especializado.