El Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció este jueves que el total de los 800 efectivos de la Guardia Nacional, ordenados por el presidente Donald Trump para reforzar la seguridad en Washington D.C., ya se encuentran operando en la ciudad. El despliegue se enmarca dentro de una estrategia federal para recuperar el “orden” en la capital, según palabras del propio mandatario.
La portavoz del Pentágono, Kingsley Wilson, detalló que los soldados, tanto del Ejército como de la Fuerza Aérea, están integrados en la Fuerza de Tarea Conjunta de Washington D.C. y colaboran con la policía local y agencias federales. Su labor incluye patrullaje en comunidades, resguardo de monumentos, vigilancia de edificios federales y control de tránsito vehicular.
Aunque la intervención fue justificada por el gobierno federal como respuesta al crimen en la capital, los propios datos del Departamento de Policía Metropolitana muestran una disminución considerable en los delitos violentos entre 2023 y 2024. Esta contradicción ha generado debate sobre la necesidad real del despliegue.
El movimiento se da semanas después de que Trump enviara a la Guardia Nacional y la Infantería de Marina a Los Ángeles para sofocar protestas contra las redadas migratorias, un acto controversial al realizarse sin el consentimiento del gobernador. Críticos argumentan que estas acciones reflejan un uso político de las fuerzas armadas, mientras que líderes republicanos insisten en que Washington sufre de inseguridad y mala administración bajo el mando demócrata.
