Durante la plenaria de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) en México, el secretario general de la Confederación Sindical de las Américas (CSA), Rafael Freire, advirtió que la actual crisis profunda e inestabilidad global, exacerbada por decisiones de gobiernos como el de Estados Unidos, demanda un sindicalismo más fuerte y representativo.
Freire propuso una agenda estratégica basada en cuatro ejes prioritarios: la defensa de la democracia y el combate a la extrema derecha, la protección del empleo digno y trabajo decente como núcleo del modelo de desarrollo, la integración efectiva entre países de América Latina y el Caribe, y la organización de trabajadores excluidos, como los informales o vinculados a plataformas digitales.
En particular, enfatizó que México debe jugar un papel más activo en estas iniciativas, dada su condición de “país poderoso” con un sindicato formado por cuadros políticos de alta calidad . Su llamado va más allá de una exhortación: es una invitación a repensar el sindicalismo para hacerlo más inclusivo, articulado regionalmente y capaz de responder a los desafíos contemporáneos del trabajo y la democracia.