El exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, ahora recluido en la prisión de máxima seguridad ADX Florence, en Colorado, enfrenta acusaciones —a través de sus abogados— de haber sido sometido a un trato que califican como “excesivo y extremo”.
En cartas presentadas a la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito en Nueva York, la defensa argumenta que García Luna ha sido víctima de prolongado aislamiento y incomunicación, con apenas entre tres horas y una sola llamada con sus abogados en ocho meses . Además, denuncian una pérdida sustancial de peso, que asciende a entre 14 y 14.5 kilogramos, atribuida a una alimentación deficiente y falta de condiciones básicas de higiene, como bañarse o comer con cubiertos .
La defensa advirtió que tales condiciones han obstaculizado la preparación adecuada de su apelación. En consecuencia, solicitaron una prórroga de 90 días, inicialmente fijada para septiembre, que podría extenderse hasta diciembre.
Este episodio no solo arroja cuestionamientos urgentes sobre las condiciones carcelarias en prisiones de alta seguridad, sino también sobre la capacidad del sistema judicial para garantizar derechos básicos incluso a condenados por delitos de alto perfil.