En la provincia rural de Buenos Aires, cinco potros de apenas 10 meses se convirtieron en el foco de una controversia mundial. Aunque a simple vista parecen animales comunes, estos caballos son los primeros en el mundo en haber sido modificados genéticamente mediante la herramienta CRISPR, con el objetivo de maximizar su potencia muscular y velocidad. La empresa argentina Kheiron Biotech, pionera en clonación equina, desarrolló esta innovadora técnica aplicando una edición genética para reducir la miostatina, proteína que limita el crecimiento muscular. El resultado: ejemplares diseñados para destacar en el campo de polo.
Sin embargo, el elegante y tradicional deporte no está listo para aceptar a estos nuevos atletas. La Asociación Argentina de Polo decidió prohibir su participación en competiciones oficiales, argumentando que la manipulación genética le resta autenticidad al proceso de crianza. “Se pierde la magia”, expresó su presidente, Benjamín Araya, reflejando el sentir de muchos criadores que ven en la ciencia una amenaza al arte de seleccionar y cruzar animales.
Por su parte, la Asociación de Criadores de Caballos de Polo también optó por la cautela. Aunque no descartan completamente la inclusión de estos potros en el registro oficial, anunciaron que los observarán durante al menos cinco años antes de tomar una decisión. Mientras tanto, Kheiron defiende su proyecto y sostiene que estas modificaciones solo aceleran un proceso que normalmente tomaría generaciones. “Es una evolución natural de la biotecnología”, aseguró Gabriel Vichera, director científico de la empresa.