Grupo La Comer, una de las principales cadenas de autoservicio en México, propuso recientemente implementar horarios más flexibles, como jornadas laborales por horas o medios turnos, para ajustarse mejor a los cambios en materia laboral y mitigar los costos operativos. Esta sugerencia fue presentada en el contexto de los nuevos requerimientos como el aumento del salario mínimo, la entrada en vigor de la denominada Ley Silla —que obliga a proporcionar asientos con respaldo para descansos— y la reducción gradual de la jornada semanal de 48 a 40 horas para 2030 .
Rogelio Garza, director de Finanzas de la cadena, consideró que la flexibilidad permitiría una distribución más eficiente de los horarios de trabajo y una mejor adaptación tecnológica y operativa a estas imposiciones legales. Asimismo, mencionó que ya se están anticipando estos ajustes mediante el rediseño de puestos de trabajo, en vista de la reforma laboral y la necesidad de mantener la productividad.
Si bien la flexibilidad en horarios puede ofrecer adaptabilidad, también plantea desafíos importantes, como garantizar estabilidad laboral, condiciones justas para trabajadores parciales y evitar precarización de los puestos. Además, estas propuestas requieren supervisión para que no se conviertan en licencias para limitar prestaciones o evadir responsabilidades laborales. Será fundamental contar con marcos regulatorios claros y mecanismos de control para asegurar que esta flexibilidad no sea a costa de los derechos de los empleados.
