El Partido Revolucionario Institucional (PRI) anunció que su grupo parlamentario en el Senado no asistirá a la ceremonia solemne donde 881 nuevos integrantes del Poder Judicial de la Federación prestarán protesta este 1° de septiembre. Alejandro Moreno Cárdenas, dirigente nacional del partido, calificó el acto como una “gran farsa”, expresando contundentemente que no legitimarán un proceso que, a su juicio, afecta el equilibrio de poderes y erosiona la democracia.
Moreno también criticó el blindaje militar del Senado durante el evento, denunciando que en lugar de proteger al pueblo, se protege al “poder”, interpretando esa medida como una señal de intimidación para silenciar la oposición.
El rechazo del PRI ocurre en el contexto de la histórica elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular, impulsada por una reforma judicial en medio de críticas por su rapidez, falta de filtros y posibles ataduras partidistas.
La decisión del PRI refleja una clara estrategia política para desacreditar el acto inaugural del Poder Judicial. Si bien sus críticas llaman la atención sobre riesgos de concentración de poder, no ser parte del acto limita su capacidad de influir en los siguientes pasos y el diálogo institucional. Este contraste entre protesta política y responsabilidad legislativa podría debilitar su legitimidad para cuestionar el proceso sin participar en él.