En el marco del inicio del ciclo escolar 2025–2026, el secretario de Educación Pública, Mario Delgado Carrillo, afirmó que el Bachillerato Nacional de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) garantiza un derecho educativo auténtico, con una visión “humanista, pero también revolucionaria”. Este modelo sustituye a los subsistemas aislados que generaban desigualdad, y unifica la educación media superior para evitar diferenciaciones entre instituciones “de primera y de segunda”.
El Bachillerato Nacional contempla la emisión de doble certificación: una en educación media superior general y otra técnica, avalada por instituciones como UNAM, IPN, TecNM y UAM. Además, promueve movilidad entre distintos subsistemas educativos, facilitando que los alumnos puedan cambiarse sin perder su avance .
La presidenta Claudia Sheinbaum describió el programa como un sistema “nuevo y revolucionario”, que consolida la educación como un derecho efectivo sin importar subsistema o región. Se eliminó el examen de acceso COMIPEMS en la ZMVM, reforzando el enfoque de inclusión, y se aseguró la gratuidad y el acceso universal al bachillerato.
La propuesta es indudablemente ambiciosa y promete una transformación profunda del sistema educativo. No obstante, su éxito dependerá de una implementación equitativa y eficiente: infraestructura adecuada, capacitación docente, cobertura real y atención a regiones vulnerables. Sin estos elementos, el modelo podría quedarse en buenas intenciones más que en avances tangibles.