El Comité de Disciplina de la RFEF impuso una sanción de tres partidos al arquero hispano-mexicano Álex Padilla, suplente del Athletic Club, luego de su expulsión en el encuentro contra el Real Betis.
El incidente ocurrió en la prórroga, cuando Padilla lanzó un balón al terreno de juego para perder tiempo justo después de que el conjunto sevillano recortara distancias. Esa acción fue considerada como conducta antideportiva, lo que derivó en la aplicación del artículo 107.2 del Código Disciplinario.
En el mismo partido, el técnico Ernesto Valverde también resultó sancionado con cuatro encuentros, tras ser expulsado por protestar airadamente una decisión arbitral en el minuto 99. El acta reflejó aspavientos, salida del área técnica y aplausos irónicos hacia el colegiado, lo que agravó el castigo bajo los artículos 52 y 124.
El Athletic Club, que logró imponerse 1-2 en La Cartuja, se ve ahora condicionado por las ausencias en el banquillo para los próximos compromisos de LaLiga. La sanción a Padilla resulta especialmente sensible, pues lo aleja de una posible oportunidad de sumar minutos en el primer equipo.
Este caso reabre el debate sobre el nivel de tolerancia disciplinaria en el fútbol español, donde acciones menores desde el banquillo también son castigadas con dureza, buscando enviar un mensaje claro de respeto al reglamento y al espectáculo.