En un duelo de alto voltaje para abrir la temporada de la NFL, los Buffalo Bills protagonizaron una de las remontadas más impactantes de los últimos años al superar 41-40 a los Baltimore Ravens. Con tres anotaciones en los últimos cuatro minutos, Josh Allen confirmó por qué es considerado uno de los mariscales más dominantes de la liga.
El cierre fue dramático: Buffalo anotó 16 puntos en apenas 3:56 minutos, incluyendo la serie final de nueve jugadas y 66 yardas culminada por un gol de campo de Matt Prater de 32 yardas cuando el reloj expiraba. Allen brilló con 394 yardas aéreas, dos pases de touchdown y dos anotaciones por tierra, mostrando temple frente a una defensiva que hasta entonces había controlado el partido.
La reacción de Buffalo eclipsó el esfuerzo de Lamar Jackson, MVP en 2023, quien lanzó para 210 yardas y dos anotaciones, además de sumar 70 yardas terrestres y un touchdown. Derrick Henry también fue clave con 169 yardas y dos touchdowns, aunque su balón suelto a tres minutos del final abrió la puerta a la remontada de los Bills.
La derrota dejó a Baltimore con una marca amarga: se convirtió en el primer equipo en la historia de la NFL en perder tras anotar al menos 40 puntos y correr más de 235 yardas en un partido.
Para los Bills, el triunfo no solo representa un inicio perfecto, sino también una declaración de intenciones en la AFC: resiliencia, contundencia ofensiva y la capacidad de dar un golpe anímico temprano en la temporada.