En un hecho sin precedentes, más de 1,400 personas integrantes de la comunidad LGBT+ católica y sus familias participaron este fin de semana en una peregrinación al Vaticano, en el marco del Jubileo que la Iglesia celebra cada 25 años. La actividad, organizada por la asociación italiana La Tenda di Gionata, marca la primera vez que un evento de este tipo es incluido formalmente en el calendario oficial del Año Santo.
Aunque en el pasado han existido visitas de grupos LGBT+ a Roma, esta peregrinación representa un hito al ser reconocida como parte del programa jubilar. Los participantes, provenientes de alrededor de veinte países, vivieron una experiencia espiritual profunda, que incluyó una misa en la iglesia del Gesù y una procesión hasta la emblemática “Puerta Santa” de la Basílica de San Pedro.
Entre los asistentes estuvo Yveline Behets, una mujer transgénero de 68 años que caminó 130 kilómetros desde la Vía Francígena hasta Roma. En su testimonio, pidió que la Iglesia avance en el reconocimiento de la diversidad, señalando que los creyentes LGBT+ no son “invitados” sino miembros plenos de la comunidad católica. “Formamos parte de la misma familia”, expresó.
A pesar del simbolismo del evento, los desafíos dentro de la Iglesia persisten. Aunque el papa Francisco impulsó una visión más abierta y compasiva hacia las personas LGBT+ durante su pontificado, la doctrina oficial sigue considerando los actos homosexuales como “intrínsecamente desordenados”. La posibilidad de bendiciones a parejas del mismo sexo, aprobada en 2023, fue duramente criticada por sectores conservadores, especialmente en África, y el futuro del enfoque inclusivo queda en manos de su sucesor, el papa León XIV, quien hasta ahora ha mantenido reserva sobre el tema.