Coca-Cola Europacific Partners, en colaboración con la organización ambiental Keep Scotland Beautiful, lanzó en Escocia un programa piloto que podría transformar la relación entre consumo y reciclaje. En los campus del New College Lanarkshire, estudiantes reciben un crédito de 0.27 dólares (aproximadamente cinco pesos) por cada botella o lata reciclada en las nuevas máquinas expendedoras inversas (RVM), que aceptan envases y los compactan para su posterior reutilización.
El proyecto pretende evaluar cómo los incentivos financieros influyen en la conducta de los jóvenes frente al reciclaje. Para ello, además de los datos recolectados por las máquinas, tres hogares estudiantiles registrarán sus experiencias durante dos semanas, con el fin de identificar las barreras cotidianas que impiden una cultura ambiental constante.
Esta iniciativa no es aislada. En 2024, una campaña similar en la Universidad de Strathclyde mostró que la mitad de los estudiantes consideraba que un beneficio económico aumentaría su participación en el reciclaje. Además, experiencias recientes en la India, en colaboración con la empresa Biocrux, demostraron el potencial de estas máquinas para transformar los residuos en ropa, bolsas o nuevos envases.
Más allá del experimento local, el programa de Coca-Cola plantea una pregunta global: ¿puede el dinero cambiar hábitos de consumo? De confirmarse su eficacia, la combinación de tecnología, recompensas y educación ambiental podría consolidarse como una estrategia viable para reducir millones de toneladas de desechos y emisiones contaminantes en el mundo.