El Banco de la Reserva de Nueva Zelanda (RBNZ) ha sorprendido a los mercados al recortar su tasa de interés clave en 50 puntos base, una medida mucho más agresiva de lo esperado. La decisión, que se produce en un momento de creciente preocupación por la economía, sitúa la tasa de efectivo en un nuevo mínimo. El RBNZ justificó el recorte con la necesidad de mitigar los riesgos de una recesión económica, citando la debilidad en el mercado inmobiliario, el lento crecimiento del empleo y la baja confianza del consumidor.
La magnitud del recorte es un claro indicador de que el RBNZ percibe un riesgo de desaceleración mucho mayor que el anticipado por los analistas. La economía neozelandesa, que ha sido afectada por una inflación persistente y por un sector inmobiliario que se ha enfriado, necesita un estímulo. El recorte de tasas se espera que tenga un impacto significativo en la economía.
En los mercados financieros, la noticia provocó una caída inmediata del dólar neozelandés (NZD), que se debilitó frente a las principales divisas. La caída del NZD es vista como un factor positivo para los exportadores, ya que hace que los productos neozelandeses sean más baratos en el extranjero. Sin embargo, los analistas advierten que la medida es una apuesta arriesgada. Si la inflación vuelve a subir, el RBNZ podría verse obligado a revertir su política, lo que generaría una gran incertidumbre en el mercado.