La extinta autoridad reguladora de telecomunicaciones de México, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), reportó ingresos acumulados por 7 491.31 millones de dólares durante los siete años coincidentes con los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum.
Estos recursos provinieron de concesiones, sublicencias, sanciones impuestas a empresas del sector y licitaciones de espectro radioeléctrico. El IFT recaudó, en total, 225 455.45 millones de pesos entre enero de 2014 y junio de 2025, equivalentes a aproximadamente 12 132.84 millones de dólares, según los tipos de cambio promedio de esos años.
De ese monto histórico, alrededor del 61.74% fue canalizado a la Tesorería de la Federación, beneficiando directamente la hacienda pública de la llamada Cuarta Transformación. En pesos, se trata de 145 298.23 millones enviados a la Tesofe en ese periodo.
En términos operativos, el IFT jugó un papel clave en la expansión de telecomunicaciones: permitió que el costo de los servicios móviles en México bajara cerca de 48.5 % en una década; las líneas móviles con datos crecieran de 27.4 millones en 2013 a 127 millones en 2025, y las conexiones de banda ancha fija pasaran de 11.8 millones a 28.4 millones. Sin embargo, pese a estos logros técnicos y financieros, el propio regulador fue extinguido el 17 de octubre de 2025 para dar paso a la nueva autoridad Comisión Reguladora de Telecomunicaciones (CRT). El IFT sesionó por última vez el 8 de octubre de ese año.
La extinción del órgano plantea varios retos: ¿cómo se preservará la autonomía regulatoria, la vigilancia del espectro y la competencia en telecomunicaciones bajo la nueva estructura? ¿Y qué implicaciones tiene esta transición para los usuarios, la inversión y el mercado de telecomunicaciones en México?







