OpenAI, conocida por desarrollar el modelo de lenguaje ChatGPT, ha firmado contratos multimillonarios para adquirir millones de chips de alto desempeño a AMD como parte de su estrategia para escalar su infraestructura de inteligencia artificial.
Según varios reportes, el acuerdo contempla una compra de hasta 6 gigavatios de capacidad de cómputo basada en chips de AMD, además de otorgar a OpenAI la opción de adquirir hasta el 10% del capital de AMD mediante warrants condicionados. Esta maniobra tiene como objetivo diversificar el suministro tecnológico de OpenAI, que hasta ahora dependía fuertemente de NVIDIA, y asegurar la capacidad necesaria para entrenar y desplegar modelos cada vez más exigentes.
No obstante, la operación plantea interrogantes importantes. Aunque OpenAI estima ingresos alrededor de USD 13 000 millones en 2024, también reporta pérdidas considerables, lo que genera dudas sobre su capacidad de financiar una infraestructura tan costosa. Aunado a ello, la magnitud de la inversión en chips y centros de datos se inscribe en una “carrera armamentística” tecnológica que algunos analistas advierten podría convertirse en una burbuja.
Para OpenAI, el riesgo es doble: lograr desplegar esa capacidad antes de que cambie el entorno competitivo o regulatorio, y traducir la infraestructura en un modelo de negocio rentable. Si no lo consigue, la apuesta por los chips podría superar su horizonte financiero operativo y generar presiones sobre su valoración futura.







