Jane Fraser, CEO de Citigroup, ha sido elegida para asumir el cargo de presidenta de la junta directiva, consolidando su poder ejecutivo y estratégico en uno de los bancos más grandes de Wall Street. La decisión, anunciada el 22 de octubre de 2025, marca un hito en el sector financiero, donde la separación de los roles de CEO y Chair se ha convertido en una práctica de buena gobernanza.
Este movimiento estratégico centraliza la autoridad en Fraser, otorgándole un control total para impulsar la urgente y masiva reestructuración del banco que comenzó tras su nombramiento como CEO en 2021. La escocesa, que se convirtió en la primera mujer en dirigir un gran banco de Wall Street, ha estado enfocada en simplificar la institución, particularmente a través de la salida del negocio de banca de consumo en varios mercados, como la venta de Banamex en México mediante una Oferta Pública Inicial (OPI).
La consolidación del poder en Fraser tiene implicaciones críticas. Si bien elimina posibles fricciones entre la dirección ejecutiva y la junta, también concentra el riesgo en una sola persona en un momento de alta volatilidad y desafíos macroeconómicos. No obstante, los analistas ven esta centralización como un paso necesario para acelerar la transformación de Citi y mejorar su rendimiento ante los inversores, quienes esperan que la simplificación se traduzca en una mayor rentabilidad a largo plazo.
Fraser, una ejecutiva con vasta experiencia internacional, incluida su gestión en América Latina, busca dejar atrás la reputación de Citigroup por sus problemas de control interno y regulatorios, enfocando la estrategia en el núcleo de la banca institucional y la gestión de patrimonio.







