Legisladores del PAN han denunciado que el fenómeno conocido como huachicol fiscal —la evasión o contrabando de hidrocarburos con impacto millonario en las arcas públicas— ya no es sólo un problema del erario, sino que está “pegando” directamente al sector empresarial formal.
En sus señalamientos, los panistas advierten que la falta de intervención por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y otras instancias ha permitido que miles de millones de pesos no entren a la recaudación, lo que incrementa la carga sobre los contribuyentes y pone en desventaja a las empresas que cumplen con sus obligaciones fiscales.
Particularmente, se resalta que el huachicol fiscal representa un “agujero” que debilita la competitividad empresarial, al elevar los costos de operación para quienes actúan dentro de la ley y generar un mercado distorsionado donde flujos ilegales pueden contaminar cadenas de suministro y encarecer materias primas.
Desde una perspectiva crítica, este señalamiento del PAN pone sobre la mesa un doble desafío:
- Por un lado, visibiliza que la lucha contra la evasión fiscal y el contrabando de hidrocarburos no es sólo una cuestión de ética recaudatoria sino de equidad empresarial.
- Por otro lado, la acusación exige que el Estado demuestre resultados concretos: no basta con denunciar los casos, se requiere que se articulen investigaciones, sanciones y mecanismos efectivos para restaurar la competencia leal.
En definitiva, la acusación de que el huachicol fiscal está “pegando a los empresarios” amplía la dimensión del problema: deja de ser sólo un problema de finanzas públicas y se convierte en una cuestión del entorno de negocios, la justicia fiscal y la sustentabilidad institucional.







