El cierre de la planta COMPAS en Aguascalientes, operada por Nissan y Mercedes-Benz, abre un nuevo capítulo para la industria automotriz mexicana. Aunque la producción cesará gradualmente en mayo de 2026, el interés internacional no se ha hecho esperar: al menos nueve empresas han presentado propuestas para adquirir las instalaciones, y la que más atención ha generado es la china BYD, una de las marcas eléctricas de mayor crecimiento global.
De acuerdo con reportes locales, BYD busca aprovechar la infraestructura existente para establecer su base industrial en el Bajío, una de las regiones más competitivas del país. La empresa asiática, que ha ganado terreno en México con modelos como Dolphin Mini y Song Plus DM-i, podría garantizar la continuidad de empleos y la operación de proveedores locales, evitando un golpe económico para Aguascalientes.
La gobernadora Teresa Jiménez confirmó la recepción de las ofertas y destacó que la decisión final recae en Nissan y sus socios, aunque insistió en que la prioridad es mantener la planta activa y proteger los empleos.
El interés por COMPAS va más allá del espacio físico: representa un punto estratégico en el corredor automotriz mexicano. Si BYD toma el control, sería la primera vez que una marca china asume el relevo de una planta fundada por una alianza japonesa-alemana, un hecho simbólico que refleja cómo Asia y América Latina comienzan a reconfigurar sus vínculos industriales.





