El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) urgió al Gobierno federal a asegurar una política de apoyo al sector maicero que vaya más allá de soluciones reactivas y parches temporales. Durante su intervención en el Congreso Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria 2025, su presidente, Jorge Esteve Recolons, advirtió que “hacer acuerdos reactivos cuando la gente se manifiesta, a ‘bomberazos’, es malo para México”.
El reclamo encuentra contexto: los productores de maíz en estados como Jalisco, Guanajuato y Michoacán mantienen bloqueos carreteros ante un precio de garantía de 6 050 pesos por tonelada, lejos de los 7 200 pesos solicitados, mientras los costos han subido más de 40 % en los últimos dos años. El CNA advierte que el agricultor mexicano está en desventaja frente a países que subsidian al 10 %-20 % de sus granos y carece de seguros, créditos o mercados seguros.
Desde una óptica crítica:
- Si bien el llamado a certeza y estructura es legítimo, el Gobierno ha respondido con medidas parciales (apoyo de 950 pesos por tonelada para 90 000 productores, créditos al 8.5 % y sistema de ordenamiento del mercado) que aún dejan abierta la pregunta sobre cobertura, efecto real y permanencia.
- Además, la insistencia en que los apoyos deben evitarse como “respuestas de emergencia” implica que el sector productivo requiere políticas de largo plazo, sin embargo dichas políticas requieren presupuesto, regulación, infraestructura y gobernanza de mercado, lo que está en tensión con la coyuntura presupuestal.
En síntesis, el CNA eleva el tono del debate agropecuario: exige no solo gestos o acuerdos improvisados, sino una estrategia de mediano plazo que garantice la viabilidad del productor de maíz mexicano. Sin ese cambio, advierten que la soberanía alimentaria, el campo y la estabilidad del sector podrían verse seriamente comprometidos.





