La Organización Mundial de la Salud (OMS) condenó los recientes ataques en la ciudad sudanesa de El Fasher, donde más de 460 personas murieron en la Maternidad Saudita, según reportes difundidos tras la toma del lugar por las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR). El director general de la agencia, Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó en la red X su consternación por los asesinatos y secuestros de personal médico, calificando el hecho como una “tragedia inaceptable”.
Las FAR, comandadas por el general Mohamed Daglo, anunciaron el domingo el control total de El Fasher, la última gran ciudad de la región de Darfur que no estaba bajo su dominio, marcando un punto decisivo en la guerra civil que estalló en abril de 2023. En respuesta a las denuncias internacionales, Daglo declaró que su objetivo es mantener “la unidad de Sudán por la paz o por la guerra”, asegurando que el conflicto “les fue impuesto”.
El gobierno sudanés, encabezado por el general Abdel Fatah al Burhan, acusó a las fuerzas paramilitares de atacar mezquitas y a voluntarios de la Cruz Roja, causando más de 2,000 muertes civiles durante la invasión. Imágenes satelitales analizadas por el Humanitarian Research Lab de la Universidad de Yale confirmaron ejecuciones y masacres sistemáticas en los alrededores de hospitales y barrios periféricos.
Según la ONU, más de 33,000 personas han huido de la violencia hacia zonas cercanas, mientras que alrededor de 177,000 civiles permanecen atrapados en la ciudad. Los accesos a El Fasher siguen bloqueados, dificultando la llegada de ayuda y la verificación independiente de los hechos, en una crisis humanitaria que continúa agravándose día a día.







