Bitcoin (BTC) rompió una racha histórica de siete años de ganancias en octubre al registrar su primera pérdida mensual desde 2018. Esta corrección en el activo digital más grande del mundo se debe a una confluencia de factores que han aumentado la aversión al riesgo en los mercados de criptoactivos, poniendo en evidencia la madurez incompleta del sector.
La caída en el precio se atribuye a dos riesgos principales de la macroeconomía global. El primero es el aumento de la volatilidad geopolítica, incluyendo la escalada de las tensiones comerciales entre EE. UU. y China y la prolongación del conflicto en Ucrania, que impulsan a los inversores a buscar refugio en activos menos volátiles, como el oro.
El segundo factor crítico es la incertidumbre regulatoria. Los criptoactivos enfrentan un escrutinio cada vez más estricto por parte de las autoridades financieras globales. La falta de un marco regulatorio claro en las principales economías y la amenaza de una aplicación inconsistente de las normas (como lo advirtió recientemente el FSB del G20) generan cautela entre los grandes inversores institucionales.
Críticamente, la corrección de octubre se produce a pesar de la fuerte actividad en el mercado de la IA y el sector tecnológico, que a menudo impulsa a Bitcoin. El mercado de futuros y derivados de BTC mostró una fuerte toma de ganancias por parte de los especuladores al inicio del mes, lo que intensificó la presión a la baja. Aunque el oro y las acciones tecnológicas tradicionales muestran resiliencia, la primera pérdida de Bitcoin en su mes históricamente más fuerte subraya su vulnerabilidad como activo de riesgo emergente.







