Tras su paso destructivo por varias naciones del Caribe, el huracán Melissa dejó un panorama de devastación con miles de damnificados, daños a la infraestructura y cortes generalizados de energía eléctrica. Las autoridades locales informaron que los equipos de emergencia trabajan intensamente para restablecer servicios básicos y atender a las comunidades más afectadas.
En Jamaica y Haití, dos de los países más golpeados, se reportan carreteras inhabilitadas, viviendas destruidas y sistemas de comunicación colapsados. Los gobiernos han solicitado apoyo internacional, mientras que organismos como la Cruz Roja y la ONU ya coordinan la entrega de alimentos, agua y refugios temporales.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos indicó que Melissa, ahora degradado a categoría 3, se desplaza hacia el norte con dirección a Bermudas, donde se prevén lluvias intensas y vientos que podrían superar los 200 kilómetros por hora. Las autoridades de la isla ya activaron alertas preventivas y ordenaron el cierre de puertos y aeropuertos.
Mientras tanto, en el resto del Caribe continúan las labores de rescate y evaluación de daños. La magnitud del impacto aún está siendo calculada, pero se estima que los costos de recuperación podrían alcanzar varios miles de millones de dólares. La región enfrenta ahora el desafío de reconstruir comunidades enteras y fortalecer su infraestructura ante el incremento de huracanes cada vez más poderosos en la zona.






