Toyota presentó en el SEMA Show 2025 de Las Vegas uno de sus conceptos más radicales: la Tacoma H2-Overlander, una pick-up impulsada por hidrógeno que lleva la sustentabilidad a un nuevo nivel. Desarrollada por el equipo de Toyota Racing Development (TRD) en California y Carolina del Norte, esta versión experimental de la Tacoma busca demostrar que la movilidad limpia también puede ser sinónimo de potencia y autonomía extrema.
Su sistema de pila de combustible de hidrógeno, derivado del sedán Toyota Mirai, alimenta dos motores eléctricos capaces de generar 547 caballos de fuerza. La energía proviene de tres tanques con capacidad total de seis kilos de hidrógeno y una batería de iones de litio de 24.9 kWh, suficiente para ofrecer tracción total sin emisiones contaminantes ni ruido.
El mayor avance, sin embargo, está bajo el chasís: el sistema TRD Water Recovery, aún en proceso de patente, capta el vapor del escape, lo filtra y lo convierte en agua prácticamente destilada. Aunque no se recomienda beberla, puede usarse para lavarse o incluso ducharse gracias a una regadera integrada, un guiño a los exploradores que buscan independencia total fuera del asfalto.
Además, la Tacoma H2-Overlander funciona como estación eléctrica móvil, capaz de alimentar una casa o recargar dos vehículos eléctricos con una toma de 15 kW. Su diseño combina una caravana modular de fibra de carbono reciclada, suspensión de largo recorrido y amortiguadores Fox, logrando una mezcla de lujo, ingeniería y respeto ambiental.
Aunque Toyota no planea su producción inmediata, el mensaje es contundente: la innovación no termina en los motores eléctricos. Con la Tacoma H2-Overlander, la marca japonesa plantea un futuro donde cada gota —literalmente— cuenta.







