Los gobiernos de Puebla y Hidalgo declararon la suspensión de clases para el lunes 10 de noviembre en todas las escuelas —públicas y privadas— como medida preventiva frente al impacto del Frente Frío 13, que traerá lluvias, viento y un marcado descenso en las temperaturas.
En el caso de Hidalgo, la medida se aplicará en 34 municipios de las regiones Huasteca, Sierra Alta, Sierra Baja y Otomí-Tepehua. En Puebla, se verá afectado un total de 14 789 escuelas en la Sierra Norte, Nororiental, los valles de Serdán y Atlixco, la Mixteca y Angelópolis, lo que representa alrededor de 1 864 393 alumnos que recibirán servicio educativo a distancia.
Desde una mirada crítica, la decisión revela tanto una respuesta oportuna al riesgo climático como los desafíos que afronta el sistema educativo ante fenómenos extremos:
- La protección de estudiantes ante adversidades como heladas o lluvias torrenciales es esencial, pero la medida también implica que se activen estrategias de educación a distancia con calidad para evitar mayores brechas.
- Se evidencia una vulnerabilidad de infraestructura escolar en zonas montañosas o de alta altitud, que requiere inversiones permanentes para resiliencia climática.
- También surge la cuestión de la equidad: mientras que la suspensión es general, la capacidad de conexión a internet o recursos para clases en línea varía según la región, lo que puede profundizar desigualdades.







