El modo Xbox Full Screen Experience (FSE) nació como el gran diferenciador de la ROG Ally, pero eso se terminó. Microsoft anunció que la interfaz llegará a todas las portátiles con Windows 11 actualizado, y que las PCs de escritorio podrán acceder mediante el programa Xbox o Windows Insider.
Xbox FSE funciona como una capa sobre Windows que prioriza la ejecución de videojuegos: elimina procesos secundarios, puede liberar hasta 2 GB de RAM y arranca directamente en una interfaz pensada para navegar entre títulos de Xbox, Steam o Battle.net con control en mano, emulando la experiencia de consola. No se trata de un sistema operativo nuevo, sino de un “modo juego” elevado a otro nivel.
La apuesta de Microsoft es evidente: fortalecer el ecosistema Xbox más allá del hardware propio, poniendo el foco en Game Pass, la tienda digital y la unificación de experiencias entre consola y PC. De paso, la ROG Ally pierde una de sus ventajas exclusivas en un mercado donde ya compiten Lenovo Legion Go, Steam Deck y otros dispositivos portátiles.
La gran pregunta es si esta experiencia se traducirá en mayor estabilidad y rendimiento sostenido, o si será solo otra capa más por encima de un Windows que muchos jugadores siguen percibiendo como pesado y fragmentado. Lo cierto es que, con Xbox FSE, Microsoft da un paso más hacia el sueño de que “cualquier PC” pueda sentirse como una consola sin abandonar el escritorio tradicional.






