El cierre parcial del gobierno federal de Estados Unidos (shutdown) que se prolongó durante el cuarto trimestre de 2025 ha generado un costo económico estimado de $11 mil millones de dólares para la economía nacional. La parálisis de las operaciones federales, que obligó a suspender servicios esenciales y a enviar a cientos de miles de empleados a casa sin sueldo, se traduce en una pérdida directa en el Producto Interno Bruto (PIB).
La magnitud de la afectación subraya cómo la inestabilidad política se convierte en un riesgo económico sistémico. El daño se debe a la suma de la pérdida de salarios de los trabajadores federales no esenciales y la interrupción de los servicios que sustentan el comercio y la actividad empresarial, como la emisión de permisos, la fiscalización de alimentos y las operaciones aéreas.
Críticamente, el shutdown no solo impactó la cifra del PIB, sino que generó un caos operacional con repercusiones financieras. El sector de viajes y aviación fue uno de los más golpeados, con pérdidas millonarias debido al ausentismo del personal de la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) y los controladores de tráfico aéreo, lo que provocó cancelaciones masivas de vuelos y demoras.
La situación expone una vulnerabilidad sistémica clave: la dependencia de la economía privada de la continuidad de los servicios públicos federales. Aunque el Congreso finalmente llegó a un acuerdo temporal, la recurrencia de los shutdowns genera una incertidumbre que frena la inversión y la confianza empresarial, afectando negativamente las perspectivas de crecimiento de EE. UU. a largo plazo.



