La tradicional representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa, una de las celebraciones más emblemáticas de Semana Santa en México, está a la espera del veredicto que la UNESCO emitirá en diciembre respecto a su posible inscripción como Patrimonio Mundial. La declaración podría convertir a esta festividad en un referente global de cultura comunitaria y religiosidad popular.
La celebración, que reúne a millones de personas cada año, destaca por la participación activa de habitantes de los ocho barrios emblemáticos del municipio, quienes preparan durante meses vestuarios, escenografías y actuaciones que combinan devoción, tradición y cohesión social. Su impacto cultural y su continuidad histórica han sido argumentos clave para impulsar su candidatura.
Autoridades locales y representantes culturales señalaron que la nominación busca reconocer no solo la dimensión religiosa del evento, sino también su importancia como práctica social que promueve identidad, solidaridad y memoria colectiva. De obtener el reconocimiento, la festividad recibiría mayor visibilidad internacional y recursos para su preservación.
La UNESCO evaluará aspectos como autenticidad, valor cultural y mecanismos de salvaguarda comunitaria antes de emitir su decisión final. Mientras tanto, la comunidad de Iztapalapa mantiene la expectativa y continúa trabajando para fortalecer esta tradición que ha perdurado por más de 180 años y que podría alcanzar un nuevo estatus histórico ante el mundo.



