El expresidente brasileño Jair Bolsonaro inició este martes el cumplimiento de su condena de 27 años de prisión, tras ser encontrado culpable de diversos delitos relacionados con corrupción, abuso de poder y atentados contra el orden democrático. El ingreso a prisión marca un momento histórico para Brasil, al tratarse del primer exmandatario condenado a una pena de esta magnitud.
La sentencia fue dictada luego de un extenso proceso judicial que incluyó testimonios, pruebas financieras y análisis de decisiones tomadas durante su gobierno. Para las autoridades, Bolsonaro utilizó su posición para manipular instituciones, presionar a organismos electorales y favorecer redes que operaban al margen de la ley. La defensa sostiene que los cargos tienen motivaciones políticas y anunció que continuará apelando.
El arresto del exmandatario ha generado reacciones divididas en el país. Sus seguidores denuncian una persecución judicial y han convocado manifestaciones, mientras que amplios sectores de la sociedad consideran la condena un avance en la lucha contra la impunidad y el autoritarismo. Las fuerzas de seguridad reforzaron operativos en varias ciudades ante el riesgo de disturbios.
Analistas señalan que la ejecución de la sentencia podría impactar en el clima político brasileño, especialmente en un momento de polarización creciente. El gobierno actual hizo un llamado a respetar el proceso judicial y a mantener la calma, subrayando que las instituciones actuaron conforme a la ley. La condena abre un nuevo capítulo en la vida política del país y deja en evidencia la fuerza de las investigaciones llevadas a cabo en los últimos años.



