En mi última columna reflexioné acerca de la importancia de siempre acompañar los datos de un análisis objetivo y certero de la realidad, puesto que muchas veces nos pueden presentar datos, especialmente en la política, 100% verdaderos, pero al mismo tiempo 100% acomodados de manera sesgada para convencernos, o mejor dicho manipularnos, de algo. La columna de hoy no se aleja mucho de ese principio, pero me gustaría que en esta ocasión nos centráramos en pensar en un tipo de cifra sumamente importante, la más importante de todas de hecho: la cifra humana.
¿A qué me refiero con esto? A que una persona es más que una cifra. A diario, en nuestro país, cientos de personas son víctimas de violencia y abuso; sin embargo, debemos comenzar a sensibilizarnos aún más de la situación. A veces suena más fácil decir un número, pero cada una de esas cifras tiene una cara, nombre y familia detrás. En este país, desafortunadamente, estamos muy acostumbrados a las cifras muy grandes, y me gustaría que nos tomáramos un tiempo de nuestras vidas para recordar que una sola persona ya es una cifra muy grande; es un alma y mundo entero.
Realmente nos encontramos ante una realidad sumamente preocupante, que definitivamente no es nueva, pero que sigue ya no solo sin resolverse, sino empeorando.
Lo cierto, es que creo firmemente que en esta reflexión puede estar el camino para un país mejor, un país en el que regresemos a ver a las personas como personas con derechos, vida y alegría y no como números que se acumulan y dibujan una escena trágica pero silenciosa.
La política no es y jamás va a ser la respuesta a este problema, jamás va a ser la solución de todos nuestros problemas; pensar que una sola persona o que el gobierno por sí mismo puede “darnos” todo lo que siempre hemos soñado, es precisamente parte del problema que nos ha arrastrado a la realidad desdibujada que hoy vivimos. Sin embargo, no porque la política no sea la respuesta en sí misma, y no porque hayamos tenido muchos gobiernos que no han estado a la altura, debemos dejar de ver a la política como lo que sí es. La política sí es un mecanismo para construir, en conjunto, el país que sabemos que nos merecemos.
Sin embargo, como cualquier herramienta, la política necesita de una correcta atención, vigilancia e implementación; no se puede vigilar a sí misma. Sé que son muchas las personas que se sienten cansadas y sin esperanzas, que piensan que “todos los políticos son igual de malos” o que “el voto no sirve para nada porque igual hacen lo que quieren” No podemos permitir, bajo ninguna circunstancia, que esos pensamientos nos dominen en las elecciones del próximo año.
Las cosas realmente van a cambiar cuando la ciudadanía, asumamos el papel que nos corresponde. Cuando dejemos claro que estamos pendientes y vigilantes de las decisiones que se toman, cuando de manera constante recordemos que no nos vamos a conformar con resultados mediocres ni con “echar culpas”. La mejor manera de comenzar a construir esta nueva cultura y mandar ese mensaje es votando, generando una participación ciudadana que nunca antes se haya visto. Es momento de alzar la voz y dejar claro que sabemos que no se van a repetir los errores del pasado, porque vamos a comenzar por no repetir los nuestros.
Son muchísimas las personas que se han acercado conmigo para decirme que no les gusta política, muchos de ellos la repudian, o que simplemente no les interesa o les da flojera, esta columna está dirigida especialmente para ellos y ellas.
La política no es una herramienta para cambiar o mejorar cifras, es una herramienta para cambiar y mejorar vidas. El hecho de que nos consideremos ajenos a ella, ha permitido malos manejos y muy escasos resultados. Es imposible separar a la política de nuestra vida porque ella depende de nosotros y nosotros de ella, en realidad, somos o deberíamos ser un equipo.
Así que hoy te invito a que pongamos la política de moda, así como todos y todas conocemos las tendencias de TikTok, hay que comenzar a conocer las tendencias de las decisiones que están poniendo en riesgo tu futuro y el de quienes te rodean. Hay que recordar que esto va más allá de las ideas o las opiniones, sino que, detrás de todo esto, hay vidas que necesitan de tu atención y participación.
Sé que no es fácil y que es tanta información que a veces es difícil saber por dónde empezar o entender de lo que se habla, pero no por eso debemos dejar de hacer el esfuerzo. Te invito a estar pendiente de esta columna para que desde aquí formemos una comunidad que esté dispuesta a dar un poco de su tiempo a la semana en el que juntos y juntas podamos entender lo que está pasando y saber qué hacer para cambiar lo que no nos gusta de manera sencilla y objetiva.
