WhatsApp, propiedad de Meta, ha logrado rentabilizar su enorme base de usuarios sin cobrarles directamente, sino ofreciendo servicios de mensajería empresarial que permiten a las empresas comunicarse de forma directa con los consumidores. Con casi 3,000 millones de usuarios, la plataforma aprovecha su popularidad para conectar a las empresas con sus clientes de una manera eficaz, transformando los chats en una herramienta transaccional y de servicio al cliente.
El modelo de negocio de WhatsApp se centra en ofrecer a las empresas la posibilidad de enviar mensajes transaccionales y realizar ventas dentro de la misma aplicación. En India, por ejemplo, es posible comprar boletos de autobús y seleccionar asientos directamente desde la app. Según Nikila Srinivasan, vicepresidenta de mensajería empresarial de Meta, la visión es que los usuarios puedan realizar pagos, reservas e incluso devoluciones sin abandonar el chat, lo cual representa una fuente significativa de ingresos para Meta.
A diferencia de WhatsApp, otras plataformas de mensajería, como Signal o Discord, han adoptado distintos enfoques para sostenerse. Signal, por ejemplo, funciona sin fines de lucro y depende de donaciones, mientras que Discord ofrece suscripciones premium. Snapchat, por otro lado, genera ingresos principalmente mediante anuncios, además de ofrecer suscripciones y productos como las gafas de realidad aumentada Spectacles.
Matthew Hodgson, cofundador de la aplicación de mensajería segura Element, señala que el modelo publicitario es aún dominante en la industria. Muchas aplicaciones venden anuncios orientados en función de los patrones de uso de los usuarios, sin necesidad de acceder al contenido de sus mensajes. En resumen, aunque la mayoría de las aplicaciones de mensajería como WhatsApp no cobran directamente a los usuarios, aprovechan su alcance y datos de uso para generar ingresos significativos, demostrando que cuando un producto es gratuito, el usuario es en realidad el producto.