Steven Madden, reconocido minorista de calzado, ha decidido reducir en un 40% su producción en China para 2025, incrementando significativamente su objetivo anterior de una disminución del 10%. Edward Rosenfeld, CEO de la empresa, mencionó que este plan se puso en marcha inmediatamente después de los resultados electorales.
Otras compañías, como Whirlpool, han advertido sobre posibles aumentos en los precios de productos como microondas si se implementan nuevos aranceles. Aunque Whirlpool produce la mayoría de sus productos en Estados Unidos, aún depende de importaciones chinas para ciertos artículos.
Church & Dwight, fabricante de productos de cuidado personal, ha comenzado a trasladar parte de su producción fuera de China, especialmente en su línea de cuidado bucal Waterpik, anticipándose a posibles medidas arancelarias.
Estas acciones reflejan la creciente preocupación en el sector empresarial estadounidense sobre las políticas comerciales de la administración Trump y su impacto en las cadenas de suministro globales. La reubicación de la producción busca mitigar riesgos y evitar incrementos en los costos que podrían trasladarse a los consumidores finales.