La decisión de Israel de limitar el suministro eléctrico a Gaza ha provocado una crisis en la región, reduciendo la disponibilidad de agua potable y afectando la distribución de ayuda humanitaria. Según el portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, esta medida ha obligado a que las instalaciones de suministro de agua operen con generadores de reserva, disminuyendo significativamente su capacidad.
Además, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó que todos los cruces fronterizos llevan más de nueve días cerrados, lo que ha impedido la entrada de insumos básicos. La escasez de combustible ha afectado gravemente las operaciones de ayuda, forzando a las agencias a racionar sus suministros restantes.
El comisionado general de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, reiteró que la falta de acceso a la ayuda humanitaria amenaza la vida de los civiles en Gaza, quienes ya han enfrentado más de 16 meses de conflicto. También advirtió que sin voluntad política, la entrega de asistencia será insuficiente para cubrir las necesidades de la población.
A pesar de los recursos limitados, la ONU y sus socios han logradoh ampliar los servicios de salud reproductiva y distribuir suministros médicos para al menos 5000 partos en los próximos tres meses. También han repartido kits de higiene, ropa de invierno y alimentos a miles de personas desplazadas. Sin embargo, más de medio millón de mujeres siguen sin acceso a atención médica adecuada.
En paralelo, la situación en Cisjordania también se ha deteriorado. OCHA reportó desplazamientos masivos de palestinos, vandalismo en tierras de cultivo y la demolición de viviendas. Lazzarini advirtió que el colapso de la UNRWA dejaría un vacío peligroso en la región, agravando la crisis humanitaria y poniendo en riesgo la estabilidad en Medio Oriente.