El mercado del calzado deportivo se ha vuelto más competitivo con la irrupción de marcas emergentes como Hoka y On Running, que han ganado terreno gracias a innovaciones en amortiguación y rendimiento. Aunque Nike y Adidas siguen dominando el sector, su crecimiento se ha visto amenazado, obligándolas a ajustar su estrategia para no perder relevancia.
De acuerdo con GlobalData, en el último trimestre de 2024, On Running y Hoka registraron aumentos en ventas de 35.7% y 23.7%, respectivamente, superando el crecimiento de Adidas (18%). En contraste, Nike experimentó una caída del 8% en ingresos, sumando 12,400 millones de dólares en el segundo trimestre fiscal 2024-2025.
Para responder a este desafío, Adidas apostó por reforzar su vínculo con el deporte. Durante los Juegos Olímpicos de París, presentó una línea especializada para 41 disciplinas, alejándose de su enfoque en celebridades. Además, logró liquidar el inventario de Yeezys tras su ruptura con Kanye West, generando ingresos por 650 millones de euros.
Nike, por su parte, ha recurrido a la nostalgia para reconectar con los consumidores. La compañía ha relanzado modelos icónicos como los Total 90 y Nike Cortez, además de establecer alianzas estratégicas como la reciente colaboración con Skims, la marca de Kim Kardashian, para atraer al público femenino.
Los especialistas consideran que el éxito de estas estrategias dependerá de su correcta ejecución. Mientras las marcas emergentes se posicionan como líderes en innovación y especialización, Nike y Adidas buscan equilibrar su herencia deportiva con las tendencias actuales, con el objetivo de recuperar su liderazgo en un mercado que continúa evolucionando.
