La petrolera ExxonMobil anunció la renuncia voluntaria al 20 % de un tramo del bloque Stabroek —unos 2 534 km²— ubicado en una zona marítima en disputa entre Guyana y Venezuela, según informaron autoridades guyanesas el 2 de julio de 2025 . Aunque no se habían realizado actividades de extracción en ese sector, la empresa decidió retirarse para disminuir riesgos legales y geopolíticos asociados a la reclamación sobre la región del Esequibo, rica en hidrocarburos y minerales.
Este movimiento ocurre en un contexto de tensiones históricas por la soberanía del Esequibo, territorio que Venezuela reclama desde el siglo XIX bajo el argumento de que el laudo arbitral de París de 1899 fue injusto. Aunque desde 2023 la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha ordenado a Venezuela frenar acciones unilaterales en la zona, la presencia militar venezolana y la exploración petrolera guyanesa continúan elevando la incertidumbre .
La medida de ExxonMobil puede interpretarse como una estrategia para reducir exposición, mientras sigue operando en otras áreas del bloque Stabroek que no están sujetas a la disputa. Guyana, por su parte, mantiene firme su control sobre ese espacio y ha recibido respaldo diplomático de Estados Unidos frente a potenciales represalias de Venezuela. Sin embargo, la decisión corporativa expone las fragilidades que las empresas enfrentan cuando cruzan zonas limítrofes sin una delimitación clara, lo que puede frenar futuras inversiones.
Este caso refuerza la urgencia de alcanzar acuerdos definitivos. Mientras tanto, la renuncia parcial de ExxonMobil podría convertirse en un precedente: la industria energética exige estabilidad y certeza jurídica, elementos ausentes hasta hoy en esta disputa con implicaciones geopolíticas y económicas sustantivas.